sábado, mayo 27, 2006

Antes de los dinosaurios

(17/05/06)

Salimos de Mendoza sobre las 14'30, y tras hacer una parada en San Juan, donde contratamos ya las excursiones del día siguiente a los parques de Ischigualasto y Talampaya, así como el tranporte desde la terminal de San Agustín del Valle Fertil hasta la pensión en la que pasamos sólo unas cuanta horas. Llegamos bien entrada la noche, y tras tomar una cervecita con un par de chicos que se ospedaban allí, un "uesei" y un "mexican", no acostamos a eso de las 02'30, cuando al día siguiente comenzábamos la excursión a las 07'30!! Y lo peor, la pensión sólo tenía agua caliente a partir de las 10'00...

(18/05/06)

Tras sobar un poquito en el camino, llegamos a Ischigualasto, con un día frío, nublado y ventoso que no nos dejó apreciar al completo el paisaje ni los "monumentos" naturales que se ven en las fotos. A ambos parques se accede previo pago de una entrada, y además en Talampaya, hay que abonar otra vez más para que la empresa adjudicataria de la visita al parque, te trasporte en sus vehículos y te explique lo que estás viendo. Monopolio se llama a eso en mi pueblo, pero es lo que le toca al turista...

Como todos ya sabréis, y sino, adetraos en las páginas oficiales, hace entre 80 y 65 millones de años, la placa oceanica impactó contra la continental en el sur de América. La una, más delgada, se coló bajo la otra y a fuerza de empujar, afloraron por el lado este de la cordillera de los Andes una serie de capas del terciario, que es lo que hoy día forman los dos parques, con una pequeña direfencia... Por lo visto el terciario se puede subdividir en 7 etapas, cada una con sedimentos de un color, y en Ischigualasto tenemos la más moderna, por lo que se han encontrado una cantidad ingente de restos de dinosaurios, mientras que Talampaya corresponde a la más antigua, sin restos de dinosaurios, pero con una coloración rojiza impresionante.

Ischigualasto, al incluir tres de estas etapas geológicas, consiste en un paisaje desertico de colores verdes, grises y amarillos, en los que la erosión de antiquísimos ríos y posteriores millones de años expuestos al viento, han formado extravagantes formas a lo largo del valle. Nos encontramos con formaciones sedimentarias en forma de torres verticales que se asientan precariamente sobre finos soportes, zonas de pequeñas elevaciones a las que se denominó como "Valle de la Luna" por sus tonos grisaceos y su apariencia desolada, pedruscos de diversos tamaños perfectamente redondeados denominados por acá "bolachas", que van del tamaño de una pelota de tenis al de un balón hinchable de playa, cardones por todas partes, alguna yama, un zorrillo... A la entrada han construído un centro de interpretación bastante pobre en el que se muestran replicas de los diversos hallazgos en materia de huesos fósiles de dinosaurio que se han encontrado, así como algunas reconstrucciones de los animales que pudieron habitar esta zona hace 65 millones de años.

En cuanto a Talampaya, puesto que sólo corresponde a una etapa, es totalmente rojo, todo alrededor lo es, y gracias a consistir en una capa sedimentaria que al aflorar fue erosionada, se han dado toda una serie de figuras creadas por el agua que, al correr, ha creado cuaces, huecos, picos y cañones. Impresionantes la verdad...

Al volver de los parques, nos quedamos en un bar de carretera por el que pasaba un autobús, tres horas después, con destino a La Rioja, para ahorrarnos el volver a San Agustín del Valle Fértil. Allí nos pusimos a jugar al billar y en esas nos encontrabamos cuando se nos unieron dos compañeros, padre e hijo, con los que disputamos un "torneo" entre risas, cervecitas y Fernet con coca. Al acabar nos deleitaron con unas challas, canción típica de La Rioja, con el chaval a la guitarra y el padre cantando sorprendentemente bien. Una agradable compañía para pasar el tiempo. Desde aquí les agradezco el rato pasado.

Llegamos a La Rioja bastante cansados y nos alojamos en la pensión Anita, donde lejos de acostarnos pronto, nos liamos a hablar con el dueño hasta las dos de la madrugada de nuevo, y es que cuando te encuentras con gente amable y con ganas de hablar, y nos está pasando muy amenudo últimamente, no se puede negar uno. Además su visión de la vida era bastante particular, y a pesar de chocar en algunos puntos diametralmente con la nuestra, fue interesante y divertido escucharle. Para que os hagáis una idea, comentaba que hacía falta una guerra civil, para que muchos de los hijos de puta que hay, mueran, y así al menos, no habría tantos; aparte de que los recursos naturales al ser menos gente, se repartirian mejor... Ahí queda eso!


Pat Garret.

1 Comments:

At 5:14 p. m. GMT-3, Anonymous Anónimo said...

Great to meet you guys, despite the early morning wake up call!! Safe travels & I look forward to hearing all about the Inca Trail.
Take Care,
Chelsie

 

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