martes, junio 13, 2006

EL FINAL DEL VERANO LLEGÓ.........


Hacemos noche en Aguas Calientes , pueblo base para la ascensión al Machu Picchu , nos dimos un baño en unas termas para relajar el cuerpo y la mente , te alquilan el bañador y la toalla por 2 €, algo de reparo tuve a la hora de ponerme el bañador que pocos minutos antes alguien se había puesto , pero como soy turista , no importa.Esta todo pensado para que no tengas excusa en hacer todo lo que se te ofrece .
A Cuzco llegamos con la satisfacción de quien a cumplido con uno de los objetivos paisajisticos del viaje, pasamos el día sacando unos billetes para ir a Puno y dando vueltas por esta ciudad mientras esquivamos a los vendedores de excursiones que se dirigen a tí con la frase "Excursión a Machu-Picchu , AMIGO" , te dan ganas primero de mirarle fijamente y decirle con voz de Constantino Romero (Clint Eastwood , se entiende) "Yo no soy tu AMIGO" para despues añadir con voz de Camilo García (doblador de Indiana Jones ) con una sonrisa de sobrao arqueologo/aventurero/alopecico "Yo ya he estado allí,MUCHACHO".
Nos vamos a Puno , ciudad peruana, por llamarla de alguna forma , a orillas del lago Titi Kaka . Es una ciudad que ha crecido alicatando con casas de ladriño visto las montañas circundantes.El viaje es muy agradable , un autobus muy amplio y semivacio que permite disfrutar del paisaje desde casí todos los lugares del mismo.Quizas haya pasado en los autobuses los momentos más plenos de este viaje (soy un raro).Me he quejado mucho de las interminables horas pasadas metido en buses , pero esos momentos en los que dentro del autobus con la musica elegida en los cascos , viendo pasar por la ventanilla el paisaje , los pueblos , la gente , esa sensación me hacía sentir muy bien.
Sé que es por mi caracter de constante observador, de espectador de la vida , disfruto más asistiendo contemplativo al desarrollo de las cosas que participando , no es que sea para sentirme muy orgulloso de esto , pero es la forma de ser de uno, que se le va hacer.

La primera visión del lago es bastante decepcionante , un lago medio pantanoso en la parte que toca la ciudad y no muestra nada especial .Esta pobre impresión me deja aparentemente sin objetivos en lo que a paisajes se refiere , tenía muchas esperanzas en esta ultima parte del viaje.
Al día siguiente salimos hacía Copacabana , ciudad ya en Bolivia desde donde queriamos conocer el dichoso lago, no teniamos muchas esperanzas despues de ver la parte peruana pero allá que ibamos.El paso de frontera lo hago un poco más alerta que otras veces por esa leyenda creada por guias y comentarios de otros turistas (cuidado en la frontera UUUUH,que eres español UUUUUH, que viene EVO MORALES y te come junto a YPF UUUUHH) de que Bolivia es un poco más salvaje , todavía , que Perú.El paso de frontera se desarrolla sin sobresaltos , excepto por una pregunta a contestar en el formulario de entrada "¿Ha estado implicado en actividades de espionaje , o sabotaje, o de terrorismo o de genocidio? " ma'cojono.
Al llegar a Copacabana cogemos un barco con otros 20 guiris camino de la Isla del Sol , la isla más grande del lago de donde dice la leyenda que nació la cultura Inca.Lo primero que se encuentra uno es unas infernales escaleras de 200 escalones que llevan hasta los hostels , teniendo en cuenta la altitud del lugar , 3.800 ms, cuando llevo 15 le dan ganas a uno de decir esa frase tan celebre y que dicen los jefes de las expediciones :"Acamparemos aquí, en este escalón .Mañana subiremos 15 escalones más"
La visión del lago despeja todas las dudas , estaba ante una de las visiones más bellas del viaje.Creia que los lagos del sur de Argentina me tendrian curado de espanto , pero este es un lago que más que un lago parece un mar rodeado de montañas ,cuando la vista te alcanza porque hay zonas en las que la vista solo da para ver una linea un poco más oscura paralela al azúl del lago .Si añadimos la poca explotación turistica de la zona , tenemos un paisaje maravilloso con una tranquilidad increible, una sensación probablemente acrecentada por las bajas expectativas despertadas en Puno.Pasamos esa tarde paseando por la isla, dormimos en la isla para al día siguiente confirmar en el otro lado de la isla esos paisajes de una gran masa de agua apenas surcada por algún barquito de vela .
Por la tarde vuelta a Copacabana.En la isla conocimos a Javí , un leones , un viajero de esos que anda dando la vuelta al mundo y que tantas comeduras de coco me producen , quizas demasiadas.Compartimos con él día y medio , probablemente estos encuentros para él no sean demasiado significativos , pero para nosotros son muy de agradecer porque nos oxigenan bastante .Esa noche en Copacabana rodeados de vasos de caipirinha vacios (casi tengo que empeñar mi reloj calculadora KENKO - KK1081 de ultima generación,que aún funciona) tuvimos una enriquecedora conversación ,al menos por mi parte , sobre la duración de su viaje.El descubrimiento de lo nuevo cada día , uno de las principales motivaciones para estos viajeros tan admirables , por otro lado , para mí acaba convirtiendose en el principal inconveniente, llega un momento en el que me saturo , no puedo asimilar tanto paisaje tanta gente nueva , prefiero conocer más en profundidad las cosas , necesito escavar más en las cosas que conozco porque sino pasan por mi sin dejar nada , lo unico que dejan es una foto.

Al día siguiente , viaje a La Paz , una ciudad que casi todo el mundo describe igual , nos es una ciudad bonita pero merece la pena ir , es curiosa.
Y cierto que lo es , es como un pueblo en el que viven 1 millón de personas .El centro tiene unos cuantos edificios coloniales un poco descuidados y el resto es una infinita sucesión de casas que trepan hasta perderse de vista por las colinas que la rodean, todas estas casas de ese estilo que triunfó aquí: El ladriñismo visto .Las calles llenas de furgonetas que te llevan a cualquier punto de la ciudad discurren por entre puestos de comida , ropa y cualquier cachivache digno o indigno de ser vendido , casi siempre atendidos por mujeres vestidas de forma que Zara aún no ha copiado , gusta ver un sitio en el que la gente viste de una manera suya y no la copia de la ropa de cualquier cantante multioperada que sale en la tele.
Nos alojamos en casa de Barbara , la suiza que habiamos conocido en otro momento del viaje.La casa en lo alto de una de las montañas tiene de la ciudad una vista impresionante.Nos trató estupendamente y mejoró en mucho la impresión un poco marimandona que nos había dejado en Salta.
Como no podía ser de otra forma tuvimos problemas de estomago , vamos que lo que mejor podía definir nuestro paso por el baño era ese temazo de Camarón de la Isla "Como el agua".Nada que la cerveza no pudiera arreglar , o no.
Coincidimos con una una gran fiesta de origen cristiano pero que es una excusa para ponerse morao a beber , vamos como en todo el mundo ,"El cristo del Gran Poder (beber) ".Consistía en un desfile de distintos grupos o asociaciones , vestidos de forma muy llamativa que recorrian las princiales calles de la ciudad , cada uno acompañados de orquesta con las que realizaban coreografias ensayadas desde hace meses .Todo muy bonito pero lo mejor era que eran avituallados alcoholicamente cual ciclista borracho , resultado a las 6 horas de haber salido (el recorrido duraba 12 hs) lleveban unas cogorzas que no entraban por las puertas , el final del desfile entre el cansancio y el alcohol recordaba a la pelicula "Danzad,danzad malditos".
En La Paz conocimos un lugar que mercía la pena conocer .Según nos contó "el Diego" , un artista/pintor amigo de Barbara , allí si tienes casa puedes vivir con 50 dolares al mes , como ejemplo vale decir que con un peso boliviano (10 centimos de €) puedes comprar 25 naranjas.

Al día siguiente volariamos de nuevo hacia el gran Buenos Aires .El fin del viaje esta cerca.




Saludos de Cordo.

Copacabana... Bolivia!

(09/06/06)

El autobús se dedicó a bordear el lago, pero tan tierra adentro que no se veía por ningún lado. Al llegar a la frontera con Bolivia, hicimos el trámite en ambos lados sin ningún problema, a pesar de que el responsable del autobús en el que íbamos, fuera un mal educado que acabó por caernos mal por su trato despectivo y su feroz intento de que cambiásemos nuestros soles en el establecimiento fronterizo del lado peruano, en el que seguramente le darían comisión...

Si hasta la fecha habías recordado con cierta asiduidad la famosa máxima de "lavado, pelado o no consumido", al entrar en Bolivia se hace omnipresente, porque además de "lavado", debes añadir "con agua mineral", y porque todo el que pasa por Bolivia, deja algo en esta tierra...

Continuamos nuestro camino en bus hasta Copacabana, desde donde salen las embarcaciones hacia la Isla del Sol. En esta isla del lago Titicaca fue donde nacieron, según la cultura Inca, el primer Inca y su coya.

El viaje en barquito dura una hora y media, y te permite admirar la Isla de la Luna (que es donde tenían recluidas a las vírgenes), la Cordillera Real (al este y con nieves perpétuas) y la inmensidad del lago, que en ciertas direcciones parece no tener límites dado que no ves las montañas que lo rodean.

Al llegar a la isla te abordan unos cuantos lugareños que intentan llevarte a su hostel o enseñarte las ruinas cercanas a cambio de unos bolivianos (moneda de Bolivia), pero esta vez eso no debe importarte... Lo importante esta vez es plantearte cómo vas a subir los 204 escalones que te separan de la zona de alojamientos, con esos 20 kilos de mochila que llevas encima, encontrándote a 3800 metros de altura. Y es que si hasta ahora habías sentido de vez en cuando la falta de oxigeno, de repente se convierte en algo insalvable. Empiezas parando a los 25 escalones, después bajas el ritmo y aguantas un poquito más, y tras 5 paradas, quizá te hagas los últimos 50 del tirón.

Nos alojamos en un hostel horrible al que nos llevaron engañados, y es que después de subir, lo único que quieres es quitarte de encima el lastre de la mochila, y cuando te quieres dar cuenta, ya has pagado sin comparar nada de nada.

Esa tarde nos acompañó Luís, nuestro guía, un chaval de unos 11 años que nos dio una vuelta por los alrededores del pueblo explicándonos todos los atractivos cercanos: ruinas, huellas del Inca, balsa de totora, residencia del regidor español , faro para ver la puesta del sol, y contestó a todas nuestras preguntas sobre cómo la gente se ganaba la vida en la isla y por qué estaban peleados los de la parte norte con los de la parte sur, y es que al parecer hace unas semanas una niña de la parte norte encontró oro en unas ruinas de la isla y los de la parte sur se lo quitaron. Resultado, han cerrado las fronteras... Ahora no hay barcos que hagan el rocorrido que une ambos puertos de la isla, y ya no se ajuntan los unos con los otros.

Llegamos hasta "el faro", al cual suben los turistan en peregrinación para ver la puesta de sol. El problemilla fue que llegamos hora y media antes de la puesta de sol, pero nos vino bien, porque conocimos a Javi, un leones que tras vivir varios años en Inglaterra y currar como un león, ha decidido darse una vueltecita al mundo para ver qué es eso que le cuentan todos por allí. Porque cada vez que lo comentaba con la gente de allá, le decían algo así como: Sí, me acuerdo de cuando lo hice yo... Vamos, que en Inglaterra es una especie de tradición y lo puedes poner en el curriculum y todo, que da puntos porque piensan que sabes desenvolverte y tratar con la gente, en lugar de mirarte como a un vago que sólo quiere divertirse y no currar, como podría pasar en ciertos sitios en España.

Despedimos a Luís dándole 5 bolivianos, y se perdió entre los arbustos corriendo ladera abajo como un gamo. Justo antes Héctor me preguntaba cuánto le damos, y yo contestaba que no tenía ni idea, ¿10?, ¿20?, hasta que Javi nos hizo ver que debíamos tener cuidado, no fuera a ser que le pagásemos más de lo que iba a ganar su padre en ese día, y claro quedaría un poco mal. Y es que uno no sabe cuanto gana un boliviano de a pie en bolivianos, pero si por andar con un turista un rato vas a ganar más que siendo maestro de escuela, ¿para qué darte el palizón a ser maestro???

Ese día lo acabamos cenando espaguetti con Javi en uno de los pocos restaurantes de la isla, que no pasaba de ser un barraconcillo helado con cuatro mesas. Después a la camita, que al día siguiente nos esperaba una caminata de 4 horas por la isla para poder admirar unas ruinas más.

Por el camino nos encontramos con la frontera. Una cabañita y un pretil de piedra de medio metro de alto con un par de palos a modo de entrada. Allí un par de señores nos pidieron unos bolivianos a cambio del salvoconducto, que incluía una entrada al museo del oro, sito en la parte norte de la isla. Yo a cambio le pedí que me diera unas hojitas para coquear de la bolsa que tenía encima de la mesa. El problema para visitar el museo es que había que bajar hasta el pueblito, y aparte de que luego habría que subir otra vez, no teníamos nuestro equipaje, así que no nos dió tiempo a visitarlo.

Por la tarde de vuelta a Copacabana para dormir y salir al día siguiente lo antes posible hacia La Paz. Esa era la idea, pero encontramos un pub para extranjeros con músiquita y margaritas, y aunque en un principio íbamos a tomar sólo una para despedirnos de Javi, pero acabamos preguntando si se podía pagar en Soles y Dolares y salimos de allí muy contentos. Gran velada, sí señor.

Puno y el Titicaca

(06/06/06)

Nos tuvimos que levantar sobre las 5 de la madrugada nuestro último ¿día? en Aguas Calientes (aunque le han cambiado el nombre al pueblo por Machu Picchu para aprovechar el turismo), porque le tren salía a las 5'45AM. Tras hora y media llegamos de a Ollantaytambo donde, no bien has traspasado la valla que delimita la estación del tren, te encuentras con 15 autobuses de esos de 20 plazas, que te ofrecen llevarte hasta Cuzco por 6 soles, así que nos metimos en uno y topalante!

En Cuzco decidimos pasar otra noche para descansar un poco de los madrugones de los últimos días, así que visitamos otro par de museos "imprescindibles" y perreamos por la ciudad hasta el día siguiente que salimos en bus para Puno, a orillas del Titicaca.

No hicimos mucho en Puno, en la que sólo estuvimos una noche, pero nos sirvió para empezar a hacernos una idea de cómo es el lago... Algunos datos extraidos de una página web, y contrastados sobre el terreno hablando con la gente que vive en sus orillas: "Este lago se encuentra en el altiplano andino, en la frontera entre Perú y Bolivia. La superficie abarca unos 9000 kilómetros cuadrados y descansa a unos 3800 metros sobre el nivel del mar. Su profundidad máxima se estima ser de unos 460 metros. Claro, todas estas medidas aumentan según la ferocidad de las lluvias. El lago actual es una muy pequeña porción de lo que una vez fue un inmenso mar."

Sí, sí, habéis leído bien, 9000 kilómetros cuadrados de aguas azules y cristalinas, en su inmensa mayoría...

En Puno sólo recorrimos el centro turístico, que consiste en un par de calles paralelas cerca de la plaza de armas, y las perpendiculares que unen ambas en un recorrido de 4 cuadras. Suficiente porque nada más llegar y antes de salir de la terminal de autobuses, ya habíamos comprado los billetes para salir de allí en otro autobús al día siguiente, bien prontito por la mañana, para no perder la costumbre.

Lo que sí hicimos fue apretarnos un lomito de alpaca en la cena, y probé el vino caliente, que resultó ser una sangría a 50 grados con un sabor agradable a limón, cuando empezó a enfriarse un poco.


Pat Garret.