viernes, mayo 19, 2006

Hacia Mendoza

(12/05/06)

Salimos de Santiago sobre las 14'30 en un autobús que simbolizaba para mí la buena onda, dejando atrás la angustia pasada por la pérdida del pasaporte, y nos encaminamos de nuevo hacia la cordillera de los Andes.

En un principio la ruta se mantuvo paralela a la precordillera, que por la altura de algunos de sus montes, ya te hace pensar en como sera la cordillera... En las cercanías de Santiago existen algunas urbanizaciones privadas tipo Monterrye, que rovechando pequeños vallecitos entre montes bajos, han ido extendiéndose hacia arriba y parecen intentar pasar al otro lado...

Unos kilómetros más allá, en zonas en que el terreno es más llano, se puden apreciar jalonando la ruta a ambos lados, grandes viñedos y algún que otro pequeño pueblito con apenas una docena de casas.

A medida que nos acercamos oblicuamente a la precordillera, las zonas llanas desaparecen y todo el paisaje se transforma en una sucesión de lomas entre las que discurre la carretera, siguiendo de lejos el trazado un río. En estos cerros de color amrillento sólo crecen pequeños arbustos que salpican de manchas parduzcas el terreno, y cactus verdes con grandes espinas que llegan a alcanzar los 3 metros de altura. Cada uno de ellos está compuesto de 3 a 5 brazos verticales que salen del mismo punto en el suelo, y aún encontrándose bastante dispersos, hay zonas en que son abundantes. De vez en cuando se puede ver otro tipo de cactus, de esos típicos de las pelis del Oeste que parecen una persona levantando los brazos en ángulo.

Poco a poco el autobús va girando al este hasta enfilar por fin la cordillera, y vemos como los cerros dan paso a las montañas, y estas a su vez a inmensos picos, a la vez que el valle se va cerrando hasta convertirse en una angosta cañada que sigue sin posibilidad de escape el caprichoso laberinto de curvas que el río, a lo largo de millones de años de erosión, ha creado entre las montañas.

A un lado, la vía de un tren ya en desuso, y al otro, literalmente esculpida en la roca, la ruta por la que avanzamos entre barrancos y tuneles, hasta que nos separamos el río y nos enfrentamos a una empinada zona en zig-zag que asciende rápidamente. Decenas de camiones suben y bajan mientras nuestro autobús los adelanta por el interior, forzando los amortiguadores y los neumáticos mientras nos bamboleamos en cada curva. La vista hacia abajo no es apta para quien sufra de vértigo...

En algunos tramos han construido estructuras de hormigon consistentes en un techo y unas columnas que protegen a vehículos y la propia vía de eventuales derrumbes de roca. En el punto más alto encontramos una estación de esquí realizando los últimos preparativos para la temporada que empieza, y unos kilómetros más allá, la frontera.

Con mi nuevo pasaporte se convierte en un mero trámite, pero reanudar camino ya es de noche, por lo que el descenso hasta Mendoza se convierte en un paseo sin nada que ver, y excepto por zonas que parecen de ripio por la velocidad con que viajamos y el traqueteo que implica, no hay nada más que destacar.

En la terminal de autobuses nos aborda Stefano, un chico rubio, orondo y de amplia sonrisa que nos ofrece alojamiento en un "hostel familiar". Al llegar conocemos a Ariel, su padre, un tipo moreno, más orondo, y con la misma sonrisa que no para de hacer coñas. Ambos tienen don de gente y el precio es bueno, así que nos quedamos a dormir.


Pat Garret.

miércoles, mayo 17, 2006

Santiago de nuevo

(12/05/06)

Empieza a haber un pequeño quilombo de posts, porque vamos creando entradas y salvándolas como borradores de vez en cuando. Después, a la hora de publicarlas, salen en el orden de creación, lo cual las descojona un poco en el tiempo.

De ahí que "La maldición del leñazo" explique cómo obtuvimos un nuevo pasaporte antes de mi post del robo. En fin, cosas que pasan.

Sólo añadir que después de todo lo negativo que escribí sobre Santiago, me mantengo y reafirmo, pero apoyando las palabras de Héctor: Tanto los funcionarios de la policia internacional, como los del consulado de España en Santiago se portaron muy bien con nosotros y entre eso y "el que vino del cielo" (muchísimas gracias de mi parte también), resolvimos el problema en 2 días muy escasitos.

Ahora no tenemos tiempo, pero ya os comentaré algo sobre el paisaje de camino a Mendoza...


Pat Garret.

lunes, mayo 15, 2006

VALPARAISO O QUE HABLEN LOS LISTOS.

Podría hablar de Valparaiso pero ya lo hizo el presidente del "partido comunista" de Ana Balen , Victor Manuel , Sabina , Miguel Rios , un comunista de esos de pastel .Lo cierto es que lo hacía bastabnta bien.

ODA A VALPARAÍSO de Pablo Neruda
VALPARAÍSO, qué disparate eres, qué loco, puerto loco, qué cabeza con cerros, desgreñada, no acabas de peinarte, nunca tuviste tiempo de vestirte, siempre te sorprendió la vida, te despertó la muerte, en camisa, en largos calzoncillos con flecos de colores, desnudo con un nombre tatuado en la barriga, y con sombrero, te agarró el terremoto, corriste enloquecido, te quebraste las uñas, se movieron las aguas y las piedras, las veredas, el mar, la noche, tú dormías en tierra, cansado de tus navegaciones, y la tierra, furiosa, levantó su oleaje más tempestuoso que el vendaval marino, el polvo te cubría los ojos,las llamas quemaban tus zapatos, las sólidas casas de los banqueros trepidaban como heridas ballenas, mientras arriba las casas de los pobres saltaban al vacio como aves prisionerasque probando las alas se desploman.
Pronto,Valparaíso,marinero,te olvidasde las lágrimas, vuelvesa colgar tus moradas, a pintar puertas verdes, ventanas amarillas, todo lo transformas en nave, eresla remendada proa de un pequeño, valeroso navío.La tempestad corona con espuma tus cordeles que cantan y la luz del océano hace temblar camisas y banderasen tu vacilación indestructible.
Estrellaoscuraeres de lejos, en la altura de la costa resplandeces y pronto entregas tu escondido fuego, el vaivén de tus sordos callejones, el desenfado de tu movimiento, la claridad de tu marinería. Aquí termino, es esta oda, Valparaíso, tan pequeña como una camiseta desvalida, colgando en tus ventanas harapientas meciéndose en el viento del océano, impregnándose de todos los dolores de tu suelo, recibiendo el rocío de los mares, el beso del ancho mar colérico que con toda su fuerza golpeándose en tu piedra no pudo derribarte, porque en tu pecho austral están tatuadas la lucha, la esperanza, la solidaridad y la alegría como anclas que resisten las olas de la tierra.

Nota: Por un problema en el copiado del poema no he podido separa los versos , si os interesa buscarlo.

Saludos de Cordo.

Aviso a Navegantes

(10/05/06)

He perdido la dirección de correo electrónico y los números de celular de algunas personas que conocimos por el camino.

Roque: Ese grandísimo camarero de Ushuaia que a estas alturas debería estar trabajando en Cádiz. Mándanos un email, porque nosotros no podemos... aunque tenemos intención de ir a visitarte. Plaza del Mentidero, ¿verdad?

Verónica y Cristian: La pareja de Rosario viajando en luna de miel que conocimos en Bariloche. No podemos mandaros las fotos que tomamos juntos, porque también hemos perdido vuestro email.

Marie: Esa francesita que se despidió de nosotros saltando entre las piedras cual cabra montesa... Que no!, que tu email lo guardaba Héctor.

;-p


Pat Garret.

Cagonlaputamarequeloparió!!!

(10/05/06)

Manrobao!!! Que manrobao!!!

Una vez en el bus hacia Mendoza y tras casi una hora de viaje, por fin el revisor empieza a solicitar los títulos de viaje, el billete vamos. Busco mi chaqueta, que había dejado en la parte del portaequipajes sobre mi cabeza, al lado de la mochila, y... que no está!!!

Acabo de rodillas mirando bajo los asientos, tras recorrerme el autobús entero mirando en ambas filas del portaequipajes y tocando todos los bultos y chaquetas de los demás. Definitivamente no está, pero eso no es lo peor, lo peor es que en sus bolsillos iban mi "celular", mi cartera y mi pasaporte!!!

Tras explicarle la situación al revisor, nos apeamos en Los Andes, y nos subimos a otro autobús de la misma compañía que viaja hacia Santiago, único lugar donde podemos hacer un pasaporte nuevo.

No tenemos ni 1000 pesos chilenos porque ya nos íbamos de chile, y entre las pertenencias en mi cartera se incluyen mi DNI, las tarjetas de crédito, el carnet de alberguista, el de conducir, algunas fotos... en fin, la vida! Menos mal que Héctor también dispone de tarjetas, claro.

Intento hacer memoria, ¿cómo ha podido ser? Sólo hay una explicación: Cuando subimos en Valparaiso al bus, había un hombre me mediana edad con cara de tontuelo que "ayudo" a Héctor a subir su bolsa al portaequipajes a la par que nos cedía su asiento y se instalaba más atrás. Héctor se sintió incómodo y bajó la bolsa a su vera en el asiento contiguo, pero yo dejé todas mis pertenencias de mano arriba. Un par de minutos más tarde, el mismo hombre descendió precipitadamente del bus con su gran chaqueta negra y amarilla bajo el brazo. Hay que estar tonto para equivocarse así de autobús en un trayecto internacional... o no, todo depende del motivo que te llevo a subir al bus y del tamaño que tenga lo que bajes de él. Y es que aquí no se acostumbra a pedir ningún tipo de billete para subir, simplemente subes, te acomodas, y cuando el transporte está en ruta y ya ha subido todo el mundo del resto de paradas, se hace la ronda. Así que existe una nueva modalidad de robo que aprovecha este "agujero de seguridad", que dirían los del Güindous.

Y es que uno se relaja cuando se acomoda por fin en su asiento semi-cama y se dedica a mirar porla ventana al resto de gente que, como hormiguitas, se pasean entre los autobuses con sus maletas, sus mochilas y sus cajas...

Estamos de nuevo en Santiago, la ciudad que con tanto regocijo abandoné dos días atrás y que no pensaba volver a pisar, y para colmo, estoy aquí encerrado!! No tengo pasaporte, no puedo volver a Argentina, el viaje se retrasa, no sé cuando volveré a comer lomito del bueno. Si le pillo...

Tras poner una denuncia en una comisaría y anular mis tarjetas de crédito, nos alojamos de nuevo en la Casa Roja. Mañana toca remover Roma con Santiago para obtener un pasaporte lo antes posible, ahora a descansar, pero con el estado de nervios que tengo, no sé yo.


Pat Garret.

Valparaiso, ciudad de vacaciones

(08/05/06)

Sólo son 120 kilómetros, unas dos horas, y el viaje ha sido de día, pero no he podido evitar caer dormido, con lo cual, del paisaje, más bien poco...

En la terminal de autobuses, y tras rechazar algunas ofertas, nos decantamos por una especie de casa de huespedes que nos llamaba tras los grandes ojos azules de una chica en una casetita. Ahora entiendo porqué muchos anuncios rezán "se precisa chica con buena presencia para..." Ayudó el precio razonable, el desayuno incluido y el baño privado en la habitación. Otra casa grande reformada para admintir clientes, en la que en dos días no hemos conseguido que el agua caliente funcione adecuadamente, y al no disponer la habitación de ningún tipo de aparato calefactor, hemos estado casi todo el tiempo debajo de las mantas mientras, eso sí, disfrutábamos de televisión por cable por primera vez desde que abandonamos España. De todas formas, y no me arrepiento, no la hemos aprovechado.

Valparaiso es el puerto de Santiago. Através de esta población se realiza todo el transporte marítimo de la capital y en el puerto se pueden observar grandes cargueros con infinidad de containers, así como un par de fragatas del ejército y otro buque mayor que no identifico. Se asienta en una zona con inumerables cerros que se unen entre sí, con lo que la ciudad queda dividida en dos partes fácilmente identificables: la parte alta y la parte baja. Ambas están comunicadas por intrincadas calles en cuestas con grados de inclinación como la Real Vieja de Sanse (para que os hagáis una idea), y por unos 16 ascensores que, por el módico precio de 100 pesos chilenos (unos 15 céntimos de euro), te suben o te bajan. La gente se mueve en los ascensores y los turistas también; la diferencia estriba en que nosotros tiramos fotos...

Como ya dije hay cerros, pero no hay discontinuidad en las construcciones. Todos ellos, desde el nivel del mar hasta la última punta que la bruma te deja ver, están salpicados decasitas de colores que se amontonan unas sobre otras como si de un tetris se tratase. Si hay un hueco vacío en el que no parece posible contruir, se ponen unos pilares de cemento visto de la longitud necesaria (algunos de hasta 10-15 metros) para llegar al nivel deseado, y se construye sin problema alguno. Algo digno de ser visto. Aunque la mayoría de estas casa son viejas y algunas tienen apariencia casi de chabola, algunas otras según el cerro son bastante "pijas", por decirlo de alguna manera.

El mercado también nos gusto por la diferencia con respecto a cualquiera de los que yo conozco. En un viejo edificio rehabilitado y pintado en colores amarillo mostaza y rojo, y en sus calles adyacentes, se amontonan puestos con toda la mercancía al alcance de la mano, el ojo y la nariz. Al igual que con las casa de los cerros, la mezcla de colores es apabullante, y no menos atrayente que la mezcla de olores. Verduras, pescados, carnes e incluso animales vivos (conejos y gallinas), se reparten en sectores. La gente ofrece su producto a gritos, los pescaderos se encuentran constantemente limpiando el género y exponiéndolo sobre tablones abierto en canal, mientras los cangrejos luchan por huír de su propio cementerio. Unos pasos más allá se venden todo tipo de flores, otra zona del mercado es de venta el por mayor, un ciego no tan ciego menea una taza de metal al "oler" a Héctor... Pulpos"gigantes", sierras, reinetas (un tipo depescado carnoso y casi sin espinas que nos resultó semejante al emperador... pero mucho más jugoso), calabas, batatas, cordero... Todo barato oígaaaa!!!!

Como en Santiago, las calles vienen copadas por micros, y para nuestra sorpresa, algún que otro trolebús. Da igual, el humo que crean todos ellos en las calles principales te invita a no respirar por tiempo ilimitado, porque cada inhalación te hace sentir como la contaminación entra directamente a tus venas.

Sin embargo lo que más nos fastidió fue la bruma, que bajo las temperaturas haciéndonos volver a vestir chaqueta, y no nos dejó ver en ningún caso el final de los cerros. El sol no nos acompaño en los dos días, con lo que los paseos por los miradores perdieron algo de encanto... pero no todo.

El miércoles salimos hacia Mendoza a las 15:30 en un autobús con escala en el pueblo de Los Andes, dejando atrás Chile, o eso creíamos nosotros...

EL CASO DEL ROBO DEL PASAPORTE O
LA MALDICIÓN DEL LEÑAZO

Cuando el pasado 10 de junio aquel sujeto le sustrájo al compañero Franmussen el pasaporte, en realidad lo que hacía no era llevarse consigo nuestro salvoconducto hacia nuevos destinos sino crear lo que para nosotros pasó a llamarse (rayos y centellas relampaguean en las ventanas)
LA MALDICIÓN DEL LEÑAZO .
La historia comienza cuando tras haber visitado las localidades chilenas de Valdivia , Santiago y Valparaiso durante un total de 10 días , en la terminal de autobuses de Valparaiso poco antes de coger un autobus para Mendoza (Argentina) , caimos en la cuenta de que no habiamos sido capaces de tomarnos un pelotazo , cubata , combinado , trago , leñazo , llamenlo como quieran , la cultura popular lo ha denominado de mil formas más . Ya fuera por no haber encontrado el antro adecuado o por que nosotros no nos encontrabamos adecuadamente , pero el hecho fue que no cumplimos con esta ceremonia nocturna en la Republica de Chile .
Como digo ,antes de montar en el autobus este hecho no pasaba de ser una mera anecdota ,cuando ya montados en el autobus , el revisor le solicitó los billetes a Farnmussen , y buscó su cazadora en la parte reservada a los equipajes de mano .Pero aquella cazadora de alta montaña conseguida con los puntos del Carrefour no aparecía , su cara cada vez más seria llegó a la conclusión de que aquel amable compañero de viaje con cara de tonto les habia levantado la cazadora a los dos turistas pardillos , nostros.
Estaba claro , sin pasaporte no se vale salir de Chile asi que volvemos a Santiago .
Cuando llegamos a Santiago ya era tarde, no se podía hacer ninguna gestión en consulados , embajadas o ni nada que se le pareciera , ninguna ? efectivamente amiguitos , había algo que podiamos hacer allí y ahora , el akelarre que acabaría con aquella maldición , (rayos y truenos , ya sabeís) LA MALDICIÓN DEL LEÑAZO .
Hospedados en el albergue La Casa Roja (mucho comunismo) , descubrimos un bar pared con pared con el albergue , no hizo falta caminar mucho , previa ingesta de una pizza para hacer masa , nos apretamos 4 ballantines con cola y 4 habana con cola , como quien bebe la sangre de cristo nosotros ingeriamos aquel liquido , sentiamos que por nuestra garganta corría el antidoto que curaría nuestros males . Tras descifrar el camino hasta la habitación , nos acostaos sabiendo que lo peor ya había pasado. A la mañana siguiente solo nos quedaban 5 horas de de papeleos de un lado para otro de Santiadigo , siempre muy bien tratados por los funcionaros de consulados y comisarías, justo es decir.
El empujón definitivo lo dió un amigo desde Madrid , agilizando cierto tramite policial . Hay quien dice que los amigos de verdad son aquellos a los que uno recurre cuando tiene un problema , es discutuible , pero lo cierto es que no me gusta pedir favores , y cuando los pido , lo hago a gente con la que tengo confianza . Por lo que , esta persona del que solo daremos el nombre en clave E.T. , "El que vino del cielo" , solo me queda darle los más sinceros agradecimientos, gracias compañero.
En condiciones normales nos hubieran dado un nuevo pasaporte , teniendo en cuenta que se acercaba el fin de semana , en 7 a 10 días , con akelarre y empujón desde Madrid , nos lo entregarón en 48 horas , bárbaro.
Esa misma tarde continuamos viaje a Mendoza , la región viticultora de Argentina por excelencia , 600 bodegas nos esperaban , no te digo na.


Saludos de cordo.

Santiago de Chile

(05/05/06)

Llegamos a Santiago a sobre las 9:30 de la mañana el viernes siguiente y tras intentar obtener un plano de la ciudad y unas recomendaciones básicas sobre qué visitar en una oficina de información y turismo, nos topamos con algo que nos devolvió a la tierra, no sólo no te dan un plano sin pagar, sino que además, no te informan de nada que no sea un tour vendido por ellos... bueno, en una sí nos dieron algo de información que ya sabíamos por la guía del Lonely, pero del plano ni hablar.

Intentamos localizar a un amigo de mi hermana, pero fue imposible, así que después de esperar hasta la una y media pasadas, nos alojamos en la Casa Roja, un hostel hubicado en una antigua casa colonial reacondicionada, con altos techos, amplias salas de estar y pasillos, patio trasero en el que el verano que viene acabarán una piscina, y un tío algo pesado y resabido que nos intentó colocar por activa y por pasiva uno de sus tours, "haciéndonos descuentos" y poco menos que un favor!! No lo consiguio.

Santiago es una gran ciudad "con todo lo malo y lo bueno que eso conlleva", como dice Héctor, pero a mi que las ciudades por lo general ni me van ni me viene, sólo me pareció una ciudad gris, llena de coches, de gente intentando aprovecharse del turista en todas sus posibles expresiones (gorrillas, gente pidiendo, gente que te ayuda a meter y sacar el equipaje de los autobuses y taxis en las terminales... lo típico), un centro económico peatonal y superturístico alrededor de la plaza de Armas, y por encima de todo y de todos, la nube!

Hubicada entre la precordillera de los Andes y otra cordillera más pequeñita hacia la costa, en Santiago no corre un soplo de viento y toda la polución de los inumerables autobuses (el tranporte público es como un ejército y hay más micros que coches) se queda flotando sobre la ciudad impidiéndote ver la cordillera de los andes y dando la sensación de que cada bocanada que aspiras un mierda reconcentrada. Según los propios oriundos, es como estar en un pozo, y a por lo visto durante el invierno suelen tener alarmas de contaminación y prohiben a los coches con tal o cual matrícula circular. Esto se arregla cuando llueve, que las gotas arrastran al suelo parte de la nube, pero ocurre muy pocas veces, y a nosotros no nos a tocado.

Visitamos el museo de bellas artes, que por cierto estuvo muy bien gracias sobretodo al realismo esculturas en marmol que se exponen (creemos que una de ellas puede ser el original de la estatuilla que se utiliza en los premios Goya). Nos pasamos también por la casa La Chascona, una de las tres casas de Pablo Neruda, que hoy día, convertida en museo, ofrece un recorrido por sus habitaciones repletas de colecciones de todo tipo de objetos de lo más variopintos, y por la vida del poeta, contada por un guía muy simpático.

En general la comida que hemos encontrado en Chile, excepto gloriosas excepciones pescadiles, es peor que en Argentina, al menos para mi gusto, pero llega a extremos de incomprensión cuando te das cuenta de que lo que más se oferta en la capital son hiperperritos calientes con inumerables salsas por encima, que hacen que la salchicha no sepa a nada. Tanto es así que nos planteamos la inutilidad de gastarnos una cantidad razonable de plata en comer, ante la obviedad de que no lo íbamos a disfrutar. Supongo que por 60 euros habríamos comido de vicio en algún restaurante 5 tenedores, pero esa no era la idea.

No es como Roma, pero en la ciudad hay varios cerros de distinto tamaño que te permiten admirar el paisaje... si tienes rayos X y puedes atravesar "la nube", y nosotros no tenemos, así que después de meternos una buena sudada (por el día andamos en manga corta bajo un sol de justicia y en un ambiente de lo más seco) para ascender a pie al cerro San Critobal, nos cercioramos del desastre y nos planteamos el futuro de las grandes ciudades como lugares supercontaminados con grandes problemas de salud. Sé que me estoy poniendo trágico, pero es que después de ver lo que he visto, de lo único que te quedan ganas (a mí al menos) es de salir lo antes posible de la ciudad y buscar algún otro sitio en el que al menos no veas la polución, aunque te la tragues igual.

Conseguimos localizar a Juan Pablo y acabamos durmiendo 2 noches en el suelo de una de sus habitaciones, en su casita de un barrio periférico y un tanto posh al que sólo llegaban los buses, porque para el metro estaba muuuuy lejos. Nos indicó algún sitio al que ir a cenar y tomar algo, pero sus compromisos le impidieron acompañarnos. Precisamente nosotros pretendíamos quedar con él para que alguien del lugar nos enseñase la ciudad, así que fiasco total y dolor de huesos debido al frío y la dureza de "la cama". Nuestro gozo en un pozo.

Por fin, con gran alegría por mi parte, el lunes salimos de la terminal de buses camino de Valparaiso, "ciudad de vacaciones".

La crónica es bastante negativa, a pesar de algún barrio interesante por el que anduvimos, algún parque, mercadillo y la parte de los museos, pero así me han parecido las cosas, y así se las hemos contado.


Pat Garret.