miércoles, abril 19, 2006

Hasta el infinito, y más allá

Nuestra idea en un principio era visitar las cataratas de Iguazú y/o la ciudad uruguaya de estilo colonial de Colonia (que le pega el nombre, viste!), pero debido a la Semana Santa, que aquí llaman Pascua y en Uruguay, mucho más honestos, llaman "semana turística"; no ha habido manera, todo copado, ni un solo pasaje. Ante la idea de quedarnos otra semana más en BA, que a Héctor le habría encantado, tomamos medidas drásticas y el domingo a las 9 de la mañana estábamos en un avión camino de Ushuaia, con escala en El Calafate.

La pampa vista desde el aire, es un inmenso desierto de colores marrones parduzcos, arbustos diseminados y algún que otro río serpenteante que forma bonitos meandros. Ni una alma, ni un animal... nada! Miles de kilómetros cuadrados en los que, según nos comentó un autóctono de BA, hay zonas que el hombre aún no ha llegado a visitar.

Llegando a El Calafate la cosa cambia, y no porque haya casas o vegetación, sino porque se puede apreciar la cordillera de los Andes en todo su explendor, con sus cumbres nevadas entre las nubes, y su lagos de un verde inverosimil. Lástima de aviso (apaguen todos sus aparatos electronicos que vamos a aterrizar) y nuestra cumplida obediencia, porque al final no sacamos ninguna foto...

Desde ahí al Fin del Mundo, Ushuaia. Si tienes la suerte que tuvimos nosotros, y al menos tienes un cielo con nubes y claros, es para cortar la respiración. A la visión de las cumbres nevadas, porque esto es el tramo final de la cordillera andina, hay que sumar bosques multicolor que cubren sus laderas hasta cierta altura, salpicando el paisaje de verdes, marrones, ocres, y tonos rojizos que, a vista de pájaro, crean un mosaico espectacular. Todo ello circunvalando la bahía con un agua cristalina que lo refleja todo, incluyendo el cielo azul intenso.

Las pista de aterrizaje es una legua de tierra sobre el mar, que parece construida artificialmente y tiene apenas unos metros más por cada lado del asfalto, pero su orientación obliga a los aviones a dar una vuelta por toda la bahía, lo cual se agradece incluso con la prohibición de hacer fotos, que esta vez nos saltamos.

Aterrizamos por fin en Ushuaia pensando que los del The Weather Channel no tienen ni idea y dando gracias por ello, pero pronto nos daríamos cuenta de que no todo el monte es orégano...


Pat Garret.

lunes, abril 17, 2006

El mimetismo lingüistico.

Hay quien nos dijo que si las mujeres argentinas nos oían hablar (Fran gritaba Zaragoza por la calle) serían presa fácil, pero para que te oigan hablar han de estar a una distancia más o menos próxima, primer error.

Segundo error Fran está adquiriendo por momentos alguno de los rasgos característicos lingüisticos de este lado, ya sólo usa preterito perfecto simple (Ejem : comí , por he comido) ahora parece un tío de Lugo, por lo que nuestra ventaja comparativa se esfuma. Y en cuanto a mí, que os voy a contar, soy un tío rancio.

Pero ya estamos más relajados, no puedo decir más, imaginad lo que queráis.

CUENTITO

Hay un viejo cuento con cuatro personajes : Todos , Alguien , Cualquiera y Nadie.
Ocurre que había que hacer un trabajo importante , y Todos sabía que Alguien lo haría .Cualquiera podría haberlo hecho , pero Nadie lo hizo.
Alguien se enojó cuando se enteró , porque le hubiera correspondido a Todos .
El resultado fue que Todos creía que lo haría Cualquiera , y Nadie se dio cuenta de que Alguien no lo haría .
¿ Como termina la historia ? Alguien reprochó a todos porque en realidad Nadie hizo lo que hubiera podido hacer Cualquiera.

Texto encontrado en un periodico local que nos gustó y lo ponemos aquí , ¿pasa algo?.

domingo, abril 16, 2006

RESUMEN PRIMERA SEMANA . TODO E ENONME.

Tras una semana de nervios conseguimos por fin escapar de Madrid, no sin antes sufrir el mal de la "despedida multiple" (por cierto olvidé despedirme de un compañero de catequesis que no veo desde el '85, si alguien lo ve y lo reconoce debe tener una gran memoria).

La primera parte del viaje que se realiza sin desplazamiento, es decir preparativos físicos y mentales, fue bastante agradable, quiza más que el viaje en si, solo imaginas lo bueno, ya se ocupará la cruda realidad de mostrarte lo malo.

El viaje lo hicimos en business (gracias Carlos, te queremos!) y sin entrar en cuestiones metafisicas más profundas, los ricos, viven mejor, que no os engañen. Viajar practicamente tumbado, con una tele con una oferta audiovisual bastante variada y actualizada a tu disposición, con dos azafatos, perdón, 2 auxiliares de vuelo para 5 personas quieras que no ayuda a que esas 12 horas se hagan sin esfuerzo. Por cierto luego hablamos, pero de las 14 peliculas que se pueden ver solo 1 era española (Tapas) y viajabamos en una compañia aerea española, esta no es forma de promocionar el cine español, no os parece?.

Llegamos al aeropuerto de Buenos Aires a las 20:00 hora local (me encanta decir esto), cogimos (uy, perdón!, que aquí las cosas se agarran, no se cogen...) un taxi para recorrer los 35 km que lo separan de la Gran Buenos Aires. Llegar de noche a una gran ciudad siempre impresiona, en este caso para mal. Nos encontramos una ciudad en la que no hay cubos donde dejar las bolsa de basura, por lo que las bolsas se amontonaban en las aceras con pobres desgraciados revolviendo para encontrar algo de provecho donde otros creían agotado. Mucho pobre pidiendo, en fin bastante miseria.



A la mañana siguiente después de dormir en el Hotel Cardton (120 € , 6 noches 2 personas), un hotel venido a menos pero que nos trataron bien, salimos a decubrir la ciudad (por lo menos yo, Fran ya la conocía) .

Lo que me encontré resumiendo estos 6 dias, me ha dejado impresionado y con enormes ganas de volver con tiempo y contactos.

Una ciudad por la que paseando tienes la sensación de estar en un sitio familiar, enormes avenidas llenas de grandes comercios de todas las marcas y productos imaginables (te hace dudar de su conocida crisis económica ), parques con enormes árboles donde se refugian los sintecho, zonas como Puerto Madero (un reciclado puerto de carga convertido en una zona que invidiaria el país más europeo) donde los restaurantes de lo más moderno se amontonan, San Telmo con tiendas de antigüedades, La Recoleta con el cementerio mas brutal por sus panteones que he visto (aunque un poco ridículo, total los muertos son muertos), La Boca curioso pero demasiado acoso y derribo económico al turista, Palermo donde estuvimos en el hipódromo apostamos a Little Black y casi ganamos, en fin tras 6 dias caminando 9 horas diarias me fui con la sensación de que había mucho más que ver.


Mención aparte merece los restaurantes y las librerías. Puedes comer a cualquier hora del día y bien entrada la noche en cualquier enorme restaurante o cafetería que hace esquina que por otro lado siempre hay buen número de clientes, están plagadas todas las esquinas, puedes comer perfectamente atendido pizass, pasta y carne claro, hasta las 3 o las 4 de la mañana. Lo mismo para las librerías que parecen no cerrar nunca con estanterías y mesas llenas de libros a un precio que den ganas de llevartelos todos.

En fin que me ha gustado mucho y espero poder algun día volver.